- Para la piel, hazte una exfoliación corporal o limpieza de cutis.
- Para las uñas, cuídalas y mantenlas limpias y cortas para evitar infecciones.
- Para los dientes, realiza una visita al dentista.
Cuidados de la piel, uñas y dientes
Antes de comenzar un tratamiento oncológico, preparar la piel para lo que pueda venir es un paso importante para tenerla cuidada y fuerte. Es imprescindible llevar una rutina de limpieza, hidratación y protección.
Para las uñas es importante cuidarlas teniendo una longitud corta y mantenerlas limpias para evitar infecciones.
En cuanto a los dientes, realiza una visita al dentista antes de comenzar con el tratamiento, ya que durante este no se podrán realizar por el riesgo de contraer infecciones.
Piensa que durante un tiempo, no vas a poder realizar algunos de los tratamientos habituales. Quizá es el momento para hacer una buena exfoliación corporal y una limpieza de cutis para dejar la piel de cuerpo y cara limpia y sana para recibir el tratamiento oncológico. Lo mismo pasa con las uñas y el dentista. Haz una visita a cada especialista antes de que el proceso comience.
Para reducir los efectos secundarios de los tratamientos en la piel, la mejor forma es la hidratación previa. Cambiar tus productos habituales por otros más hidratantes, naturales, oxigenantes, reparadores, pueden disminuir esa aparición de problemas en la piel de cara y cuerpo. Productos de líneas oncológicas como bálsamos, aceites y cremas para la piel durante la quimioterapia.
Piel y uñas durante el tratamiento
Durante el tratamiento, tu piel y tus uñas podrán sufrir cambios.
- En la piel se podrán producir: Sequedad, manchas, acné, prurito (picor), enrojecimientos y pequeñas grietas en manos y pies.
- En las uñas: Áreas oscuras cerca de la cutícula de la uña (lesiones subungueales), fisuras, hemorragias (hemorragia en astilla), hiperpigmentación, inflamación (paroniquia), levantamiento de la placa de la uña (onicólisis), pérdida de la uña y crestas o líneas en la placa de la uña.
Para cuidar tu piel y uñas durante el tratamiento, pregunta a tu oncólogo(a) o personal de enfermería oncológica cómo es la mejor forma de hacerlo. De forma general, usa productos naturales y reducidos en químicos, además de que si son indicados para el tipo de tratamiento que estés recibiendo, mucho mejor.
- Limpieza: Siempre, cuando te levantes y antes de acostarte. Con una piel limpia evitarás problemas de cualquier tipo, granitos, rojeces, etc… ¡No tener una limpieza excesiva para evitar la sequedad!
- Hidratación: Mantener la piel hidratada ya que está más sensible que nunca. Cuídala como si fuera la de un bebé, siempre con los productos más adecuados (consulta con tu oncólogo u oncóloga).
- No apliques cosméticos abrasivos tipo exfoliantes.
- Evita lavarte o ducharte con agua muy caliente.
- Evita las extracciones de granitos.
- Usa siempre protección solar cuando salgas a la calle.
- Utiliza siempre cosmética especializada para la quimioterapia.
- Usa ropa interior de algodón.
- Mantén tus uñas siempre limpias y cortas.
Piel y uñas después del tratamiento
Muchos de los cambios que ocurren en la piel suelen mejorar varias semanas tras culminar las sesiones de oncoterapia, sin embargo, en algunos casos pueden perdurar o aparecer tiempo después.
En general, se recomienda seguir los mismos cuidados de la piel después de terminar el tratamiento: una buena hidratación diaria, uso de productos suaves y tratar la piel con delicadeza mientras se renueva.
Antes de recurrir a algún procedimiento estético para tratar la pérdida de luminosidad o las alteraciones en el tono de la piel, consulta con tu médico o médica.
En el caso de las manchas, suelen disminuir con el paso del tiempo, no obstante, es recomendable continuar utilizando protección solar, para favorecer que se aclaren y evitar que aparezcan manchas nuevas.