Vida laboral durante y después del cáncer de mama

Importancia social de la vida laboral

El trabajo es tan importante que es la condición básica y fundamental de la vida humana, es la fuente de los bienes y servicios que satisfacen nuestras necesidades. Además el trabajo produce obras artísticas y científicas, es el que ha permitido crear civilizaciones enteras.

De acuerdo con los estudios de las ciencias sociales, el trabajo, junto con la convivencia social, ha jugado un papel clave en el proceso de evolución del ser humano. El trabajo tuvo un papel decisivo en la transformación de los monos en humanos. Fue la necesidad de trabajar para modificar a la naturaleza y así encontrar medios de subsistencia, la que motivó que los monos antropomorfos pasaron por diversas etapas, hasta convertirse en seres humanos tal y como los conocemos ahora.

Trabajo durante la enfermedad

La vida laboral de las personas afectadas con cáncer de mama conlleva una serie de cambios desde el momento del diagnóstico y, especialmente, en la fase de los tratamientos.

Es frecuente que, al menos durante los primeros seis meses, la persona permanezca de baja laboral. En ciertos casos, este tiempo puede ser insuficiente para recuperarse ya que la mujer desea volver a encontrarse con toda su fuerza y ánimo para volver a la cotidianeidad.

Posteriormente, la mayoría de las mujeres se reincorpora con normalidad a su vida laboral habitual. En algunos casos, si el trabajo requiere un esfuerzo físico continuo de carga o si involucra tareas manuales repetitivas, dichas actividades físicas suelen ser incompatibles con el grado de funcionalidad postquirúrgica o con las recomendaciones de prevención del linfedema.

En estos casos, es importante que la empresa intente la reubicación a un puesto de trabajo más apropiado a la nueva condición. También es fundamental para la reinserción laboral de la mujer afectada, el apoyo de los compañeros/as de trabajo, no sólo durante el período de baja sino también una vez que la persona reanuda sus tareas. La falta de comprensión de la nueva condición física y/o psicológica por parte del entorno laboral afecta a la calidad de vida de las mujeres que han padecido cáncer de mama, ya que pueden sentirse cuestionadas, excluidas o discriminadas. Estas situaciones desalientan el retorno a la vida laboral y la continuidad de una vida normalizada.

En otros casos, una vez finalizados los tratamientos, las personas se replantean su estilo de vida y las actividades laborales y buscan adecuar su trabajo a actividades más afines con sus intereses personales o que les brinden una mayor satisfacción.

Otras mujeres procuran llevar una vida más tranquila o dedicarle más tiempo a su familia, con lo que sus opciones laborales también pueden verse modificadas.

Trabajo tras la enfermedad

La vuelta al trabajo después del cáncer es un criterio de recuperación de la calidad de vida. Puede ayudar a recuperar la vida social y la sensación de “ser útiles”, así como a distraerse. De todas formas no todo el mundo tiene claro si podrá volver a trabajar o si podrá hacer lo que hacía antes. Por eso el retorno al trabajo es lento y progresivo.

Buscar trabajo se hace más complicado. La mayoría de personas que han superado un cáncer tienen entre 50 y 60 años, una edad bastante difícil para encontrar empleo. Y esto se nota aún más en el caso de las mujeres. Cuesta incorporarse al mundo laboral porque las empresas tienen miedo del absentismo. Sobre todo en personas que han tenido una enfermedad grave y con riesgo de recaída.

Eso puede hacer que queramos ocultarlo. Y hay una duda frecuente: “¿Es obligatorio mencionar el cáncer en las entrevistas de trabajo?” No. No existe la obligación de decirlo. Pero si lo preguntan, tampoco es aconsejable mentir.

Queda la opción de responder algo como: “No sé cómo debería afectar a mi trabajo aquí pero, si es importante, podemos hablar de las enfermedades“. Es una oportunidad para que el entrevistador se olvide del tema y pase a la siguiente pregunta. O podemos mencionarlo más adelante, cuando ya nos hayan juzgado positivamente por nuestra capacidad de desempeñar el empleo.

Ahora bien, como decimos, es muy importante no mentir nunca en una entrevista de trabajo: tarde o temprano nos van a pillar y nos echarán. Sin duda es una injusticia que las personas queden excluidas del trabajo por haber tenido cáncer, pero la posición del entrevistador le permite hacer esta pregunta.

No olvidemos la posibilidad de la auto-ocupación: nos puede ayudar a ganar algún dinero haciendo lo que sabemos, gestionando un pequeño negocio por nuestra cuenta. Aquí nadie debe entrevistarnos, porque trabajaremos para nosotros mismos.

Deja un comentario