Algunas personas enfermas de cáncer pueden sufrir daño cognitivo asociado al tratamiento con quimioterapia. Este deterioro suele ser sutil y tiende a desaparecer con el tiempo, pero en algunos casos puede convertirse en una grave secuela.
Este déficit cognitivo aparece hasta en un 75% de los pacientes que han recibido tratamiento oncológico e influye de forma negativa en su vida social y en su calidad de vida: Trastorno de memoria verbal a corto plazo, memoria visual, memoria auditiva y memoria de trabajo (almacenamiento de información), déficit de atención, velocidad de procesamiento de la información y evocación de palabras.
¿Qué podemos hacer ante el chemo-brain?
Las alteraciones cognitivas pueden persistir a corto y largo plazo, por lo que se recomienda una rehabilitación cognitiva precoz para prevenir el deterioro o bien una vez detectado el problema.
Esta rehabilitación se basa en tareas para mejorar las diferentes funciones cognitivas y actividades cotidianas (estas dependerán del grado de severidad del trastorno de memoria).
- Ejercicios, juegos (crucigramas, sudoku, sopa de letras, etc.) en lápiz y papel, o utilizando un ordenador / Tablet / móvil.
- Lectura de artículos, revistas y libros con sucesiva reelaboración de la información que se ha retenido.
- Actividad física.
- Dieta sana y equilibrada.
- Dormir y descansar bien.
- Técnicas de relajación como yoga, mindfulness, tai-chai o pilates.
- Utilizar estrategias compensatorias como apuntarse las cosas que hay que hacer o comprar a lo largo del día.
- Estrategias de regulación emocional, como el apoyo de un psicoterapeuta que ayude a entender los cambios que han aparecido y apoye durante todo el camino.