Teniendo en cuenta que la incidencia de cáncer de mama para el 2022 se estima en 34.750 casos (SEOM, SOCIEDAD ESPAÑOLA DE ONCOLOGÍA MÉDICA), cada vez son más las SUPERVIVIENTES de cáncer de mama.
Esto quiere decir que existen un grupo considerable de mujeres a las que atender después de la enfermedad.
Ahora que ya se han acabado los tratamientos o cirugía, ya todo vuelve a ser como antes, ¿no? En el primer momento familia, amig@s e incluso tú misma lo vivís con alivio y alegría pero… Pasa el tiempo y el miedo puede seguir ahí.
Incluso hay ocasiones que al finalizar los tratamientos te puedes sentir mucho más perdida: “No estoy enferma, pero tampoco vuelvo a mi vida de antes.”
Existe esta creencia que se ha extendido a toda la sociedad: Cuando se acaban los tratamientos, cirugía, etc., el proceso oncológico ha terminado, es decir, todo tiene que volver a la normalidad.
Para la persona que no lo sienta así, que no se encuentre recuperada (física o psicológicamente) a pesar de haber acabado puede suponer una presión extra.
Pero… ¿Qué es lo mejor en estos casos? Hay tantas formas cómo personas, porque cada uno lo lleva de la mejor manera que sabe y puede, así que date permiso. Y siempre teniendo en cuenta que la recuperación física y emocional pueden ir a tiempos muy diferentes.
TIPS
- Utiliza las estrategias psicológicas que te hayan ayudado anteriormente en otras situaciones complicadas. Habla de la enfermedad con quién te sientas realmente cómoda.
- En los momentos en los que no te apetezca puedes realizar actividades relajantes o reconfortantes como técnicas de relajación (meditación), yoga, música, baile, lectura ligera, pasatiempos, etc.
- La escritura es una buena técnica que sirve para el desahogo. Es una manera de darle forma a nuestros pensamientos, sentimientos, y tomar perspectiva de las distintas situaciones y momentos por los que estamos pasando.
- Los grupos de ayuda mutua son espacios muy útiles para conocer otras experiencias.
- Ejercicio físico.